lunes, 4 de julio de 2011

El Arrepentimiento Biblico

¿Cuan importante es arrepentirse?

Pedro enseñó que el arrepentimiento es el remedio para la muerte:

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).

No solamente fue el arrepentimiento el mensaje de Juan el Bautista (Mat. 3:1,2), sino que Jesús continuó el mensaje de Juan después que éste fue aprisionado. No hay mayor sanidad en el mensaje de uno que cuando está respaldado por el mensaje del propio Señor:

Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea ... Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mat. 4:12,17).

¿Como obtener perdon y misericordia?

Para obtener perdón y misericordia del Señor, Isaías aconseja, “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:7). Observe que dice que Dios “será amplio en perdonar” pero según el contexto, eso está condicionado a que el impío deje sus caminos y pensamientos malvados, y se vuelva al Señor.

El Profeta Daniel era altamente estimado (Daniel 9:23) y dio consejo (aunque no fue escuchado) al Rey Nabucodonosor:

Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad (Daniel 4:27).

El hijo de Nabucodonosor, Belsasar, no se humilló aunque él sabía del juicio de Dios sobre su padre, y aun se exaltó en contra del Señor del cielo (Daniel 5:22,23). ¡Cuánto más sabio él habría sido de haber seguido el buen ejemplo del propio Daniel:

Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión, ... hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas... y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad (Daniel 9:4,5,13).

Jeremías aconsejó a los oficiales y al pueblo: “mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios” (Jeremías 26:13).

Salomón oró, “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres” (1 Reyes 8:35). El también sabía lo siguiente acerca del arrepentimiento:

Y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren llevados cautivos; si se convirtieren y oraren a ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos hecho; si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre (2 Crónicas 6:37,38).

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