lunes, 4 de julio de 2011

El Matrimonio Biblico

La divina institución del matrimonio está registrada en Génesis. “Dijo entonces Adán. Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varóna, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:23-24). Dios creó al hombre y después hizo a la mujer del “hueso de sus huesos”. El proceso tal como se describe, nos dice que Dios tomó una de las “costillas” de Adán (Génesis 2:21-22). La palabra hebrea significa literalmente “el costado de una persona”.


Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo, que hablan de los aspectos que determinan el punto de vista bíblico sobre el matrimonio y cómo los creyentes nacidos de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones matrimoniales. Encontramos uno de estos pasajes en 1 Corintios capítulo 7 y otro en Efesios 5:22-33. El estudiar juntos estos dos pasajes, provee al creyente de principios bíblicos que pueden ser usados para formar un marco de referencia para una relación matrimonial que sea agradable a Dios.

El pasaje que se encuentra en Efesios es especialmente profundo en su área referente a un exitoso matrimonio bíblico. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador.” (Efesios 5:22-23) “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25). “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia” (Efesios 5:28-29). “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.” (Efesios 5:31).

Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su relación como creyentes nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un matrimonio bíblico. Esta no es una relación desequilibrada, sino una que está balanceada con el concepto de Cristo como la cabeza del hombre y la mujer juntamente. Por lo tanto, el concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos individuos que es una ilustración de la relación de unidad que existe entre Cristo con Su iglesia.

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