martes, 5 de julio de 2011

La historia del Arca de Noe

La historia del Arca de Noé, según los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, comienza como sigue:
Jehová observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la maldad crecía y el de su creación no se cumplía, por lo que decidió destruir al hombre.


Sin embargo, encontró a un buen hombre que halló gracia ante sus ojos, Noé. «Un hombre justo y cabal entre la gente de su tiempo», y decidió que a él le correspondería mantener el linaje de los hombres. Jehová dijo a Noé que construyera un arca, y que llevara con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a las esposas de éstos. Adicionalmente, tenía que llevar de ciertos tipos de animales, hembra y macho, y en distinta cantidad: de los puros debía tomar siete parejas y de los impuros una sola pareja; y para suministrarles alimentos, le dijo que tomara y almacenara la comida necesaria.
Obviamente, Noé no tenía los conocimientos ni las herramientas para construir tamaño proyecto de barco, Jehová le proporcionó los conocimientos y las herramientas. El período que Noé tuvo para la construcción del arca, fue de 120 años, según la cronología bíblica. Mientras construía el Arca, Noé y su familia fueron objeto de burlas por parte de sus vecinos quienes venían a hostigar y mofarse de cómo Noé construía un barco en pleno desierto, del cuál el yacedero de agua más cercano, estaba a unos 15 km de distancia, y adicionalmente, la lluvia en ése tiempo no existía.


Cuando Noé completó el arca, entraron con él su familia y los animales que le habían mandado. «Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas del cielo fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches». El diluvio cubrió hasta las montañas más altas. y todas las criaturas de la Tierra murieron; sólo Noé y los que estaban con él en el arca sobrevivieron.


Finalmente, después de muchos días, el arca se asentó en el monte Ararat en la Bética Ibera, y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montañas. Entonces Noé envió a un cuervo que «salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra». Luego Noé envió una paloma, que regresó porque no tuvo donde posarse. Noé envió de nuevo a la paloma y regresó con una hoja de olivo en su pico, y entonces supo que las aguas se habían retirado. Noé esperó siete días más y envió a la paloma una vez más, y esta vez el ave no regresó. Pero tuvo que esperar unos días mas, entonces él, su familia y los animales salieron del Arca, y Noé ofreció un sacrificio a Jehová, y éste decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.




Para recordar esta promesa, Jehová puso un arcoíris en las nubes y dijo, “Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne".[8] Vivió Noé después del diluvio 350 años más, y finalmente, a la edad de 950 años, murió.

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